Crossfade LAB: Un buen experimento Phoenikero

En octubre fui a un evento llamado Crossfade LAB y me dejó con la boca abierta. Rita Indiana, escritora, compositora y cantante de la República Dominicana, y la banda originaria de Tucson, Calexico, compartieron el escenario en un intercambio oral y musical sobre las fronteras, las intersecciones y Juan Gabriel. Fue uno de los eventos Latinos más intencionales y bien ejecutados que he visto en La Phoenikera; una profunda exploración sobre cómo la música, el arte, la política y la geografía interactúan.

El lunes de la semana pasada, Crossfade LAB, organizado por Celebración Artística de las Américas (CALA), trajo a La Phoenikera a un par inusual: la famosa cantante y compositora Julieta Venegas y el artista multidisciplinario de Los Angeles, Rafa Esparza. Fue una experiencia interesante, siempre entretenida y a veces incómoda a través de la noche. Hubo instancias en que me perdía en la belleza de los momentos creados por los artistas, como cuando Julieta se equivocó mientras tocaba su versión de Me Nace del Corazón, de Juan Gabriel, se rio de sí misma y empezó de nuevo hasta que le salió bien; o cuando Rafa, quien es queer, bailó con otro hombre una versión lenta de la canción Ya Conocerán, cantada por Julieta. Otros ratos me perdía tratando de encontrar el tema central de la conversación, la conexión entre las experiencias de los artistas y por qué a veces parecía una veneración a Julieta Venegas, siendo que su arte fue más prominente que el de Rafa y hasta recibió regalos en el escenario.

Luego me cayó el veinte de que este evento se llama Crossfade LAB, y que además de ser una exploración de intersecciones (crossfades), también es un laboratorio para experimentar. Mientras que el evento de octubre se enfocó más claramente en la transversalidad de las experiencias fronterizas (tanto artísticas como personales) en Arizona y la República Dominicana, el de la semana pasada se sintió más como un experimento de varias maneras:

Julieta Venegas mientras toca el piano. (Fotografía por Chandra Narcia)

1. Al pedirle a Julieta Venegas que tocara en el piano una de sus primeras canciones, la cual originalmente compuso con su acordeón no le salía bien el coro, y explicó que era porque se usan distintos lados del cerebro para tocar un instrumento y el otro. Intentó varias veces hasta que le atinó. Fue un momento lindo y vulnerable en el que los fans de Julieta prácticamente la estaban viendo ensayar frente a ellos.

Guitarra hecha por Rafa Esparza siendo tocada por Julieta Venegas. (Fotografía por Chandra Narcia)

2. Mezclar el arte interpretativo de Rafa con la música de Julieta. Para el gran final, Rafa, cuyo arte en gran parte involucra la elaboración de cosas, hizo una especie de guitarra atando hilos a agaves azules y luego a su propio cuerpo. Julieta luego entró al escenario, tocó las cuerdas de la guitarra y cantó un verso. Este momento nos forzó a todos a observar pacientemente lo que estaba sucediendo y a veces no entendíamos pero seguíamos observando.

Casa llena en Crescent Ballroom. (Fotografía por Chandra Narcia)

3. Reunir un público bastante diverso. Algunas personas estaban allí para escuchar hablar a dos artistas y experimentar su arte, otros fueron porque les interesa apoyar eventos Latinos en Phoenix y otros solo querían ver cantar a Julieta Venegas y no tenían ningún interés en Rafa Esparza. Hubo un momento en que alguien gritó que no quería seguir escuchándolo hablar y que Julieta siguiera cantando. Reunir a personas con distintas experiencias ya es en sí una prueba.

Josh Kun, quien moderó la conversación entre los artistas abrió con un discurso que incluía lo siguiente:

“La meta del Crossfader [en el contexto de un DJ] no es borrar la canción que está en el canal 1 y reemplazarla con la canción del canal 2. La meta del Crossfader es ver cómo se va de la canción uno a la canción dos estableciendo puntos de conexión”.

Esta vez vi menos Crossfade y más LAB, pero me emociona ver cualquiera de los dos en los próximos dos eventos que tienen planeados para el resto del año. Porque hasta ahora, he escuchado conversaciones importantes con cuatro grandes artistas de Latino América y Estados Unidos y eso es un gran triunfo para La Phoenikera.

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